9.4.12

Tal vez porque los desastres, los problemas, la muerte, todo eso sonaba glorioso para ella. Tal vez porque se sentía bien sabiendo que no era la única nerviosa o intranquila hoy. Tal vez porque, finalmente, no le importaba tanto todo. Sonaba Dani California de Red Hot Chili Peppers, estaba sentada en la vereda y, aunque por momentos su mirada se perdía, observaba a la multitud alterada y a los árboles y carteles que yacían, ahora, en la vereda después de la aterradora tormenta. Eso, de alguna manera la tranquilizaba, un parte de ella sentía paz, estaba bien pero su cabeza... su cabeza jamás había estado tan confundida.
¿Que pasa cuando las sentís a las mariposas subiendo hasta tu garganta, al punto de vomitarlas? Anotó. Algo metáforico, ella vomitaba penas y desiluciones, mariposas aún no. Aún.
Su cabeza nunca la dejaba tranquila, y se había acostumbrado a eso. Lo que le era desconocido era el sentimiento de amar a alguién y dudar de hacerlo ¿Me explico? Desde que el otro llego a su vida, le dió paz como intranquilidad porqué, si bien jamás iba a volver con su amor, amarlo tan solo a él le hacía bien. Tal vez la vida no la quiera ver bien, tal vez amaba a ambos. No estoy segura, ella tampoco lo está. Pero de algo sí lo estoy: ella quería ser ese árbol caído, muerto. Ella quería estar muerta.