17.5.12

Me maneja, me controla, me manipula tal marioneta. Llegué al punto de entender que él no es mi felicidad pero de él depende que sea feliz; él logra que con una de sus sonrisas mi mundo ilumine y no quiero que sea así, ya no. El gobierna mi alma, mi corazón, mi ser.
Si el hoy me dice que la supervivencia de la raza humana depende de él le creo ¿Porque? Porque me dió tantos recursos para seguir acá que creo más en él que en mi misma. Porque él hoy es mi religión y, aunque ante todos quedé como el salvador, pero, para mi, Hitler merece un Nobel a la Paz al lado de él. Logra destruirme, aniquilar cada partícula de mi pero sólo porque una parte de mi lo deja, lo necesita y, repito, no quiero que sea así, ya no.