22.12.15

Exaspero

Podíamos quedarnos en la cama todo lo que nos durara respirar. Hasta que nos doliera el calor. Lo que soportasemos la desgracia de tener que sobrevivir a merced del tiempo. Lo que el alma alcancara a resistir. Podías irte, vivir, hacer tus cosas, seguir mintiendo. Yo te esperaba ahí; escribí sobre vos yéndote, escuché canciones de gente que como yo te extraña, leí como otrxs también intentaron e intentan, vagamente, describir lo inmenso de tus pestañeos. Hasta que volvieses y otra vez me regodee en la realidad que podría haberme permitido admirarte y estudiarte hasta los suspiros un rato más, para conseguir así, por fín, recompensarte en todas las artes el júbilo de tu existencia.
La ausencia del retorno era lo mas esperado y aún así golpeó mas que mis puños a esa pared ahora manchada.
Igual elijo quedarme en la cama esperandote porque la esperanza que me impone tu recuerdo es, por mucho, mas fuerte que mi voluntad.