16.3.15

Retrato de un día que fuí real y lógica.


Caminá

que son las seis
y mañana,
con suerte,
ya no seas conciente.
Pero volvé 
que sos mi compañero,
y ya no hay nada acá
ni en mi habitación
mas que desesperación.
Y no confundas
porque no estoy triste.
Mirame las piernas,
están viejas y sanas,
como el alma de la viajera.
Ahora sí, 
que el humo sea.
No tengo noción del tiempo ni del espacio ni de la magnitud ni de la sangre que todo este desastre significa ni va a significar.