15.8.13

No queda nada mas. Una mirada, un gato demente y un agua encerrada en un bolso, enfriando a Cortázar y a mi intento de mantenerlo vivo en 34 cartas inútiles, hasta quemadas. La voz de Florence Welch consume mis lágrimas, y me trago mis gritos con el humo de un cigarrillo mentolado sin mentolar ("eso me hizo acordar a tu vida").  Le avisé que los tragos, los abrazos, los 'te amo' no los iba a poder olvidar. Los inviernos mutaron en recuerdos llenos de culpa y los diciembres son interminables. 
"Siempre distinto, siempre inesperado. Ojos marrones, pelo castaño pero en la multitud tus parpadeos se sienten fuerte. Siempre cerca y con eso me alcanza. Es árboles entrelazados en el odio, con el viento en la cima del olvido."
17 personas me están mirando. 18. Quizás porque no sé ve todos los días a una persona rompiendo hojas parada en las vías, deliberando como vivir o soñando como morir. En el fondo, en alguna célula, bien guardado lo llevo, a todos lados. Me corta desde adentro, me sofoca; lo vivo. Me volví recuerdo, un momento gris que no quiero recordar. Soy metáfora. 
Solo me quedan sombras de cartón, como la mía. Ruego que no llueva.