4.11.12


Te escribo y te voy a seguir escribiendo porque lo pediste, y te lo prometí, hace meses. 'De mi, de nosotros. De como nos extrañamos'. Y te extraño, y te pienso... te voy a necesitar siempre. Me prometí volver cuando me saque toda esta mierda de encima. Acá estoy.
Bueno, es mentira. Porque sigo siendo la misma idiota que hace un año, pero "estoy" acá, esperando/deseando/rogando que leas. Que me haya ido no quiere decir que haya superado todo esto, porque me olvidé de que el dolor se traslada con el viajante; que me haya ido significó tener que sobrevivir sólo con recuerdos. ¡Sorpresa! No me funciona por mucho tiempo eso. Me dí cuenta que no puedo tapar los miedos, cambiar el pasado, evitar la necesidad; no puedo no extrañar cada palabra o abrazo.
Me dí cuenta de eso: sigo en el mismo lugar. Y sin vos sé que no vá a cambiar nada. Es monótono, aburrido. Sin sentido. Por eso te escribo, porque necesito tener la certeza de que voy a verte y te voy a abrazar. 
Entonces, me pongo a pensar y en realidad no estoy ni enferma, ni loca, ni desesperada, ni triste. No estoy. Soy. Pero en algún momento me aceptaste así. ¿Donde te fuiste?