10.11.12

De vez en cuando su cabeza trae millones de miedos de su niñez, miles de dramas y cientos de canciones. 
Solía correr a bailar, llorar de emoción, despertar después del amanecer y volar en nubes que jamás lloraban. Mostraba una fortaleza indestructible, una mirada sana y llena de vida. Él sostenía su mano, la ayudaba a caminar '¿Me abrazas?'. El despertador un dulce beso y sus comidas diaras que jamás evitaba. Corría a alcanzar los brazos de esa mujer, de aquella, de el otro, de alguién que pueda sostenerla y darle la fuerza que de a poco perdió.
No la dejaban sola, la perturbaban, la lastimaban y necesitaba de eso. Necesita de eso, y ahora, sola, se perturba, se lastima.

Pero lo admite. No quiere volver a ser esa pequeña sin esperanza, sin lugar. Su niñez la convirtió en esto.