28.8.12

No obstante, pensaba en ella en cada instante. Sinceramente, estás en mi cabeza desde que desperté se dice y no se miente. (¡Por dios! Hace cuanto no se mentía). Su rutina lo amenazaba y anticipaba a una vida sin sentido; sabía como terminaría, era conciente de la autoniquilación que se sobrevenía. Estaba estancado en una vida que se basaba en hacer cada día lo mismo; en el fondo su mayor deseo era que todo fuera según el plan pero, desde ella... Su vida cobró sentido, o lo perdió y le gustá ella, y la locura. La locura; no puede decir que le pasa, que siente, el porque y las razones de su situación.
Se siente juzgado, es juzgado pero... ¿Cómo juzgar, en un mundo en el que todos buscan sobrevivir, a quién decide morir? Porque eso quiere; sabe que, como adolescente, es muy temprano para decidir, pero en su adultez será muy tarde para cambiar. Quiere olvidar, quiero silenciar, gritar, dormir y nadie entiende la falta total del sentido de su vida. Con él se vá su amor, sus deseos, sus sueños, sus pesadillas. Las palabras, absurdas y delirantes, quedarán en un inconciente; jamás leídas, jamás conocidas. Como él. Como su amor; jamás descubierto. Suprimido, flotando, en las manos de un hada inalcanzable,  hayada en lo más recóndito de un bosque oscuro. un bosque sombrío, con una única luz: ella. 

¿Donde fueron? ¿Desaparecieron? Les deseo lo mejor, pero no sean concientes de su felicidad porque se va a desvanecer rapidamente. No sueñen mucho, que soñar es volar y no somos pájaros; cuanto más alto vuelen más dura será la caída.